130. Aprendiendo vocabulario con Pipolo

El juego consiste en deshacerse de todas las cartas antes que el resto de los jugadores.

La peculiaridad de esta baraja es que no hay números y palos, sino animales y cada uno de ellos está de cuatro formas: desnudo, vestido, peludo o con plumas.

Al comenzar la partida se reparten todas las cartas entre los jugadores que haya. El primero debe tirar una única carta boca abajo dando una característica de lo que pone (por ejemplo, “un cerdo” o “un animal peludo”, no se pueden dar las dos características de la carta, puesto que la hace única). Debe decir la verdad, incluso se puede enseñar la carta.

El jugador siguiente debe seguir el juego añadiendo una o dos cartas. El tercer jugador debe pensar si el segundo ha puesto lo que ha dicho (y debe seguir el juego) o si ha mentido (y levanta las cartas aportadas por el jugador). Si las cartas cumplen el requisito indicado por el jugador, se queda todas las que haya sobre la mesa el jugador que las levantó, pero si es mentira se las quedará el jugador que las echó.

Gana el primer jugador que se quede sin cartas en la mano.

El juego en sí lo uso en Primaria (cuando voy a sustituir) o en los primeros cursos de ESO.

En las clases de idiomas, cuando aparece una carta de animales vestidos al levantar, tienen que decir el nombre de las prendas que lleva puestas el animal.

Estas cartas también se pueden usar, sólo las de los animales desnudos, para jugar a adivinar el animal con preguntas de sí o no.