Descripción de la experiencia
Necesitamos preparar un tablero de ajedrez, un trozo de forro de libros transparente (no adhesivo) y una imagen de un tesoro (pictograma, pegatina, moneda de chocolate…). Para los alumnos hay que preparar una fotocopia con una imagen igual que la de nuestro tablero, y asegurarnos de que todos lo tenemos colocado en la misma posición (fijarnos en que el cuadrado de la primera casilla, la superior izquierda, sea blanco o negro, a nuestra elección, pero que todos tengamos el mismo color).
El primer paso, es colocar las coordenadas, aprovechando para repasar algunos conceptos. Sobre la fila superior, en horizontal, vamos colocando en orden los números, en orden ascendente y empezando desde el 1, uno sobre cada cuadradito. A continuación, junto a la columna de la izquierda, escribimos delante de cada cuadrado las letras del abecedario.
Después, y como no lo han practicado anteriormente, ensayamos un poquito las coordenadas: «Chicos, vamos a señalar con el dedo la casilla que está en la fila de la A y en la columna del 1. Esta es la casilla A1». Así se ponen algunos ejemplos más, para comprobar que todos saben situarse.
Y ahora sí, empieza lo bueno: en nuestro tablero, al que hemos puesto un «velo» de forro transparente, pegamos la imagen del tesoro en una casilla de nuestra elección, sin que los niños lo vean. Volvemos el forro hacia atrás, de modo que el tesoro quede oculto a la vista de los niños, pero sí que puedan ver los cuadrados.
Ahora tienen que demostrar que conocen perfectamente los conceptos arriba – abajo (sin problemas) e izquierda – derecha (ahí ya hay de todo). Nos colocamos en la casilla A1, como si fuera nuestra salida (elijo esta porque es la primera vez que hacemos el juego y es la más sencilla de localizar), y a partir de ahí, indicaciones hasta que lleguen al tesoro: «3 cuadritos a la derecha, 5 hacia abajo, dos más a la derecha, 1 hacia arriba. ¿A qué casilla habéis llegado?» Las órdenes, claro, deben darse de una en una e ir comprobando que son capaces de seguirlas.
Cuando los niños nos dicen la coordenada de la casilla donde han terminado el recorrido, podemos volver a poner el velo sobre el tablero de ajedrez, con la imagen del tesoro pegada. Comprobamos con los niños el recorrido realizado y que la casilla sobre la que está colocado el tesoro es, efectivamente, la que han adivinado.
Variantes
Si el, digamos, «modo básico» del juego es que el adulto da unas instrucciones para que el niño las siga y llegue al tesoro, como modos un poco más avanzados podemos proponer:
- El adulto dice una casilla de salida y una donde está escondido el tesoro. Los niños deben proponer un recorrido. Se puede hacer una puesta en común para comprobar que cada niño ha establecido un trayecto diferente.
- El adulto dice un recorrido y la casilla en la que está el tesoro. ¿Cuál era la casilla de salida?
- El niño debe pensar todo el proceso (casilla de salida, casilla del tesoro y recorrido) y retar a la clase y al/a la profe a que descubran su tesoro.
Objetivos conseguidos
- Captar el interés de los alumnos y fomentar su motivación a través de una actividad lúdica.
- Trabajar la orientación espacial a través de los conceptos básicos arriba-abajo e izquierda-derecha.
- Trabajar el seguimiento de instrucciones.
- Fomentar actitudes solidarias y de ayuda entre los alumnos.
Consejos y/o recomendaciones
- Dedicar una o dos sesiones enteras a practicar el juego en sí. Cuando los niños lo dominan, en función del tiempo disponible o de los objetivos a trabajar, pueden utilizarse las variantes de más nivel, o bien contar con el juego como una pequeña actividad motivadora al inicio de una sesión, o de recompensa a la final de la misma.
- En mi centro, en 1º de Primaria utilizamos un material con una recta numérica + abecedario que tiene unas claves en forma de dibujo para que los niños identifiquen rápidamente cuál es la izquierda y cuál la derecha. La utilizamos como ayuda para el juego. Además también pueden comprobar el orden de las letras en el abecedario para establecer bien las coordenadas.
- Secuenciar bien los pasos las primeras veces que se juega, y hacerlo todo con ellos: escribir los números y letras para las coordenadas, ir siguiendo juntos el recorrido (el profe en su propio tablero o en uno dibujado/proyectado en la pantalla para que todos lo vean bien, el encargado de la clase en un tablero gigante a modo de alfombra y por el que puede desplazarse…).